viernes, 5 de septiembre de 2008

Lesly Galo, Honduras

Cuando me ofrecí como voluntaria en la oficina del Fondo Perpetuo para la Educación, la verdad, no me imaginé de que se trataba. He tenido la oportunidad de hablar con jóvenes con grandes dificultades para estudiar a pesar de la ayuda que proporciona el fondo, este es una de esas experiencias:

Un jóven Padre que trabaja en un Taxi para sostener a su familia tuvo que dejar de estudiar, estuvo a punto de perder su casa, así que trabajó horas extras para salir de su deuda.

El esfuerzo lastimó su columna por lo que ahora tampoco puede estudiar pues se esta sometiendo a un tratamiento.
Cuando hable con él y me contó su situación con voz quebrada me dijo que no quería perder la ayuda del fondo. ¿Se imaginan como se sintió cuando le explique que el fondo puede congelarse hasta que el se recupere?.

Este es el trabajo que realizamos: animamos a continuar estudiando, a mantenerse al día con sus cuotas, escuchamos sus problemas, los felicitamos, y hacemos lo que este a nuestro alcance para ayudarles.

Ser voluntaria es una oportunidad para ayudar a llevar las cargas los unos de los otros para que sean ligeras, es estar dispuestos a llorar con los que lloran y a consolar a los que necesitan consuelo y en la mayoría de los casos es disfrutar de los éxitos que ellos experimentan.

Por todo esto estoy muy agradecida.
Lesly de Galo

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