miércoles, 3 de septiembre de 2008

Omar Pérez, Guatemala

Soy Presidente de Rama, tengo dos hermosas hijas y una esposa excepcional, ambos misioneros retornados.

Conseguí trabajo en MOSCAMED, trabajando de 6 a.m. a 2 p.m., sin hora de almuerzo. También trabajaba un sábado y domingo al mes, nunca lo había hecho, pero tenia la fe que mi Padre Celestial me ayudaría. Mi trabajo era tamizar aserrín y secarlo bajo el ardiente sol del medio día. En ocasiones iba a la Planta a realizar trabajos de limpieza de sanitarios. Mi sueldo inicial fue de Q 1855.00.

Me enteré del Fondo por medio del coordinador del SEI, en ese entonces, sentí un espíritu muy fuerte. Se lo comenté a mi esposa, lo discutimos e hicimos una oración para asegurarnos que la decisión que íbamos a tomar era la correcta. Esperando que el fondo cambiara de alguna forma mi vida, decidí tomarlo.

Inicie mis labores y carrera técnica en enero del 2004, para noviembre de ese año obtuve mi primer ascenso, me ascendieron al área administrativa como encargado de Activos Fijos, ahora ganaba 2,300.00, ya tenia un horario fijo de 8a.m. a 5p.m., contaba con una computadora, correo electrónico, Internet, aire acondicionado, ambiente agradable, y lo mejor me relacionaba con la alta gerencia pues mi jefe inmediato era el jefe Administrativo.

En mi segundo año casi para terminar mi carrera técnica recibí otro aumento, mi nuevo sueldo, Q. 2,500.00. A finales del 2005 había cerrado mi carrera técnica, nunca dejé un curso, y mi promedio fue de 85%. En el 2006 me armé de valor, agarré mi certificación de notas que decía que había cerrado mi carrera técnica, y una copia del fondo perpetuo para la educación, y fui a hablar directamente con el director general de la Planta El Pino, quien me escuchó atentamente y se asombro por el fondo.

Me ascendieron. Ahora soy Técnico de Soporte de Control y Administración de bienes de la Planta de producción de Mosca del Mediterráneo, la más grande del mundo. Gano Q 3,100.00 líquidos.

1 comentario:

Omar dijo...

Testifico que el Fondo Perpetuo para la Educación cambia vidas, es realmente una bendición.